"...hoy adiós es un grito que quiere decir bienvenido. Llegó el momento más sombrío, justo antes de que rompa el alba. Te contaré mil recuerdos tal como cuentan los mendigos sus monedas y lágrimas las tardes de un otoño frío. [...] No quiso esta vez el diablo intentar comprarme el alma. Hasta mi ángel de la guarda ha empeñado ayer sus alas. Caen desgracias como rayos en este mundo loco y perdido. Yo, que nunca quise estar solo, tengo la soledad por amigo. Pero ya se arrancó la puerta, he cerrado los postigos. Me voy sin estar de vuelta, feliz como un asesino, con el alma polvorienta, con el corazón vacío. Mi agenda ya está desierta con mis deseos perdidos. [...] Trapos negros en las ventanas, cortinas, mi casa han vestido. El carguero de mis sueños se hundió en el mar perdido un día dulce de lluvia triste, un día bueno para ser vivido. He fingido ser feliz para llegar al fin del libro. ¡Adiós, adiós!..."
Del álbum "Adiós, adiós"